Declaración

Podemos y debemos poner fin a las muertes maternas evitables

07 de abril de 2025

Declaración de la Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Dra. Natalia Kanem, en el Día Mundial de la Salud (7 de abril)

A nivel mundial, la salud de las mujeres durante el embarazo y el parto está mejor que nunca. Esto se debe a los avances médicos y a que cada vez más mujeres tienen control sobre su libertad reproductiva y acceso a una atención materna respetuosa y de alta calidad.

Desde el año 2000, se ha experimentado una notable disminución del 40% en la tasa mundial de mortalidad materna. Por primera vez, se estima que ningún país tiene una tasa de mortalidad materna “extremadamente alta”, de más de 1.000 muertes por cada 100.000 nacidos vivos.

No obstante, estos avances ocultan importantes disparidades y siguen siendo frágiles, cuando no inexistentes, en algunos de los lugares más vulnerables. En los lugares donde existen sistemas de salud frágiles o crisis prolongadas, las tasas de mortalidad materna se estancan o incluso aumentan. En los países afectados por conflictos, las mujeres tienen el doble de probabilidades (o más) de morir por complicaciones en el embarazo y el parto que el promedio mundial.

Un signo alentador es que hoy en día hay más partos en centros de salud. Sin embargo, la calidad de la atención varía mucho, lo que puede tener consecuencias potencialmente mortales: las investigaciones revelan que la mitad de las muertes maternas son el resultado de una atención médica de mala calidad. La escasez de medicamentos esenciales, equipos y personal cualificado afecta a muchos sistemas de salud.

En muchos casos, la discriminación y las desigualdades relacionadas con la ubicación, los ingresos y la raza o etnia privan a las mujeres de su libertad sexual y reproductiva, así como de una atención materna adecuada. Incluso en los países más ricos, que, en promedio, gozan de altos estándares de atención sanitaria, las tasas de mortalidad materna son desproporcionadamente más elevadas entre los grupos marginados.

Podemos y debemos poner fin a las muertes maternas evitables. Sabemos qué funciona y por qué.

Sabemos que las parteras salvan vidas. La ampliación de la atención obstétrica permite detectar riesgos y gestionar complicaciones, a la vez que reduce los costos. Si bien hay evidencia de que el acceso universal a este tipo de profesionales podría evitar dos tercios de las muertes maternas y neonatales, así como de los mortinatos, existe un déficit mundial de casi un millón de parteras.

Sabemos que los compromisos políticos firmes, los recursos financieros adecuados y las leyes favorables marcan una diferencia duradera.

En este Día Mundial de la Salud, demos prioridad a las inversiones para llegar a cero muertes maternas evitables. Comprometámonos a construir sociedades más sanas y justas, y a garantizar que todas las mujeres que traen una vida a este mundo puedan sobrevivir al parto y gozar de buena salud posteriormente.

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