Un viernes a primera hora de la mañana, en el pueblo ucraniano de Seredne, una clínica móvil de salud sexual y reproductiva ya rebosa actividad.
Las familias romaníes, doblemente afectadas por la guerra (primero por la destrucción y el desplazamiento y luego por la discriminación), hacen cola para recibir servicios esenciales. Muchos han llegado a este pueblo, en la región de Zakarpattia, al oeste de Ucrania, recorriendo todo el país huyendo del conflicto tras la invasión a gran escala de Rusia.
Un equipo móvil apoyado por el UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva, se está asegurando de que las mujeres y niñas romaníes no queden excluidas de los servicios sanitarios esenciales. Hemos acompañado a dicho equipo en su vital labor.
Al emprender el viaje en busca de seguridad, las familias romaníes han denunciado sufrir estigma y discriminación como dificultades para encontrar alojamiento y transporte, malos tratos en los puestos de control fronterizos e impedimentos para acceder a los servicios y a la ayuda humanitaria. Las unidades sanitarias móviles son un salvavidas.
De hecho, las mujeres y niñas de toda la región de Zakarpattia pueden beneficiarse enormemente de la atención sanitaria móvil. Zakarpattia tiene una alta tasa de embarazos en adolescentes; en 2023, registró el mayor número de nacimientos entre niñas menores de 14 años de Ucrania.
Antes de que el UNFPA estableciera el equipo móvil en octubre de 2022, muchas adolescentes embarazadas no recibían atención prenatal al vivir en zonas rurales y por miedo a la discriminación, lo que aumentaba el riesgo de complicaciones.
«Los asentamientos romaníes están situados en aldeas y zonas remotas, lo que dificulta el acceso de las mujeres a los hospitales para realizar consultas y exámenes médicos profesionales. Por eso es tan importante la llegada aquí del equipo móvil de salud sexual y reproductiva».
El equipo móvil especializado, que incluye un ginecólogo-obstetra, un ecografista, una enfermera, una pediatra y una partera, se desplaza periódicamente a comunidades remotas para ayudar a aumentar el número de mujeres y niñas que se benefician de supervisión médica durante el embarazo y el parto, reduciendo así el riesgo de muertes maternas prevenibles.
«Hoy han venido a revisión más de 40 niños. Veo lo importante que es esta ayuda y me alegra formar parte de ella».
El UNFPA se esfuerza por garantizar que todas las mujeres y niñas puedan tomar sus propias decisiones y llevar una vida sana y plena. Nadie debe quedar excluido de los esfuerzos por hacer realidad estos derechos; además, la inclusión debe ser un principio clave en la recuperación de Ucrania.
Utilizamos cookies y otros identificadores para mejorar su experiencia en línea. Al utilizar nuestro sitio web usted acepta esta práctica, consulte nuestra política de cookies.